Mi hermano Pipo me enseñó a no tener miedo de manchar el papel, que la perspectiva es una cuestión de puntos de vista, que uno tiene que pelear por lo que quiere más de lo que piensa, que el éxito bien construido solo se consigue trabajando muchísimo y que lo nuestro no es solo una profesión, es una parte indivisible de nuestra vida... y muchas cosas más.
Como comprenderán soy un tipo afortunado, por esta y otras tantas razones.
Tio
Pipo te queremos.